En la trama formidable
de toda la historia humana,
la vida abrió una ventana
que jamás cerrará.
Por ella transita ya…
la humanidad en caravana.
Creo señor en la vida,
creo que vale apostar,
Creo en las manos abiertas
la cárcel desierta, el trabajo y el pan. (bis)
Yo creo en toda palabra,
que no esconda verdad,
toda señal, todo abrazo
que apriete los lazos de fraternidad. (bis)
Creo en un Dios cotidiano
que llene las plazas de sol,
Que habla con los jubilados
y paga al contado lo que prometió.
Creo en el tiempo del hombre
cuando pelea el dolor,
en el que rompe mordazas
construye su casa
comparte el calor.
En el que rompe mordazas,
construye su casa
comparte el calor.
Creo que vale la pena
fundir espadas y hacer
miles de rejas de arado
y en surcos callados
surgir otra vez.(bis)
Creo en el Dios de los ritmos
de cuerdas y vientos,
De quena y tambor.
Dios buscado por guitarras,
cadencias que amarran
la vida y el sol.
Creo en una tierra nueva
bajo esta misma ciudad,
crece el silencio y madura
por la cerradura se puede espiar.
Creo que bajo los puentes
corre agua de manantial;
riega el esfuerzo del hombre
y enhebra sus días con la eternidad. (bis)
Creo en un Dios compañero
que parte caminos y pan,
Llora conmigo en el llanto
y canta en el canto cuando hay que cantar.
Creo que el tiempo nos lleva
a tu retorno final,
cuando se alce tu voz fuete
que manda a la muerte su presa soltar (bis)
Cristo, Señor de la Historia,
creo en la resurrección
clave de todo destino,
derrama tu vino
Sobre esta Nación.
Clave de todo destino,
derrama tu vino
sobre esta Nación.