Que caiga su sangre sobre esta nación
Salvar a Cristo y salvarse, busca Pilato dudoso, así el látigo alevoso ya comienza a restallar…
Su carne va a devorar feroz ritmo, trozo a trozo.
Una corona de espinas le acomodan los soldados
Cubre el hombro ensangrentado
una túnica escarlata.
En ese nido de ratas la piedad quedo a un costado.
“Aquí esta el hombre señores”,
proclama el gobernador. Entre el odio y el amor a jirones desgarrado.
No hay belleza en el Señor, hijo de hombre destrozado…
¡Aquí esta el hombre!
Pilato tropieza con su indecisión
“No encuentro motivo de condenación”.
“Aquí esta su Rey, Aquí esta su Rey”
“No es amigo e’ César el que se hace Rey"
Su cargo Pilato no quiere perder. Si César se entera será de temer.
“El dice ser Dios y quiere ser Rey, merece la muerte según nuestra ley.”
Al oír Pilato que dice ser Dios, se alarma y pregunta: “De donde eres vos?”
“potestad ninguna podrías tener si Dios desde arriba, no te ha dado el poder”
¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
“Fuera del gran César no existe otro Rey”
“¡Que caiga su sangre sobre la Nación, lavado de manos y condenación!”
¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Crucificale!